Las calles poco a poco se iluminan con foquitos de colores, las ventanas se pintan de blanco con escarcha, y los arboles se ven en todos los mercados, de diferentes tamaños, frondosos, pelones, para cada uno de los gustos hay un ejemplar… Doña Juanita viene con sus nietos, cada año al mercado de Mixcoac a vender arbolitos de navidad.-Compren, compren su arbolito, están bien bonitos, venga huélalos, puro olor a pino fresco…- es la canción que se escucha a lo lejos, en una voz anciana pero llena de energía y de pronto entre las ramas verdes, de los más de 15 pinos parados sobre la acera, sale una pequeña y delgada abuelita, ella es Doña Juanita, a simple vista pareciera una delicada señora, frágil y ya sin fuerzas por su avanzada edad, pero esto no es así, cuando uno menos lo espera, levanta un verdoso objeto y dice… -Ándale Pancho ayúdame a amarrar este pino al coche del joven, ándale muchacho parece que tienes mis años…- esta fuerte abuelita viene desde hace 14 años a vender arbolitos traídos desde su rancho, -Pus, mira, cada año nos traemos, en viajes más de 60 árboles y por lo regular todos se venden, se nos llegan a quedar muy poquitos, por que solo traemos dependiendo de cómo veamos el interés de la gente, yo creí que este año iban a comprar menos, por eso de la crisis, yo no entiendo mucho de que se trata, pero todo ha subido, pero veras que no, la gente se inyecta del espíritu navideño y quiere sentir, oler y ver un pinito en el hogar, y pues nosotros re-felices, porque así nos ganamos un poquito, con lo que sale de nuestras tierritas… si la tierra da para mucho, esa es la verdad- finalizó mientras arrancaba unas ramitas de un pino para que las oliera, al mismo tiempo que su cantar se perdía entre el bullicio de la gente y el sonido de los coches…
Por: GGG

